12 dic 2012

“Hoja de Papel”



 


Deje un mensaje dentro de una botella,
que hace mil años quise lanzar al mar.
Perdida esta entre cosas olvidadas.
nunca navegara por el amplio océano,
que desde mi playa,
parece no tener final.
La imaginación vuela
de la mano de la esperanza,
palabras al aire, frases
alocadas,
ideas incoherentes,
la pluma detiene su paso,
en una hoja de papel en blanco.

Un día de estos me haré a la mar
y tendré el valor de navegar
en el centro de la tormenta.
Una mañana de otoño
mi barco caerá al precipicio,
ese que justo esta al borde del horizonte,
donde el Sol se esconde.
Yacerán mis ideas justo en medio de la nada,
donde termina el mar, donde el final
tiene forma de crepúsculo,
donde el sol esconde su morada,
estéril hazaña escribir mi pensar
en  hojas de papel cuadriculada.


Me envuelve el caos,
de la realidad,
llevo días sin poder dormir
me acosan los fantasmas,
las culpas del pasado,
ya no tengo nada que decir
he perdido la razón para mentir,
el amor, es cosa del pasado.
El mundo se derrumba en mil pedazos,
dibujo los restos de un tiempo petrificado
en una hoja de papel milimetrado.
 
Un ciudadano común y domesticado
o un loco extravagante mal alimentado,
he perdido la noción de saber quien soy,
ya ni recuerdo para donde voy.
No hay razón que perturbe
mi oscura soledad,
tampoco habrá amor que ilumine
la penumbra de mi lar.
Llegara una mañana, donde saldrá el Sol,
la vida continuara.
Sentado en un banco, de una plaza extraña
volveré a escribir mi incoherente sentir,
todo volverá a comenzar,
garabatos caligrafiados
en una hoja de papel reciclado...


 

“Princesa de Sal”




Quedo una vela encendida
en la penumbra de su soledad,
una pequeña luz de amor,
danzan siluetas en el pasado,
los árboles murmuran en la oscuridad.
Siente su piel húmeda entre tus brazos
el perfume de su cuerpo,
cuando esa noche de fugaz paso,
disipo la niebla de tus sueños.

La noche invade tus sentimientos
tus pasos carecen de sombra,
el tiempo se detiene,
junto a los latidos de tu corazón
quieres volver a la claridad
pero los recuerdos son más densos
evocaciones que nublan tus sentimientos.

Cierras los ojos y viajas al pasado
has ganado una nueva vida,
una vida que se pierde a pasos acelerados.
Es frío soñar en soledad,
extrañas las calidas noches de sus besos.
Princesa de sal, en medio del desierto,
tu cuento de doncellas y caballeros,
se marchito una mañana de crudo invierno...


 

“Secreto”



 

 Cuantas veces estuve en tierras vacías,
recorrí todos los caminos,
con el viento acariciando mi cara
y el sol durmiendo a mi espalda.
En una playa solitaria
me senté frente al mar y la libertad fue plena...

Pero siempre al comienzo del día,
otras veces a media mañana
o cuando cae la noche, deambulando entre las sombras
busco a alguien, una mirada amiga,
un abrazo fraterno, una caricia deseada.
Ya no soy el mismo, algo ha cambiado,
un anciano solitario, buscando con quien hablar...


Quizás algún día, me dejes entrar en tu morada,
quizás algún día, te des cuenta que estoy cansado
y solo pido un lugar, donde posar mis huesos,
donde liberar el alma, donde poder empezar.
En una de esas noches, en que suelo escapar
de la realidad, caminar por ahí, sin rumbo
sin pensar, tropecé con una lágrima...

Una lagrima que dejo caer una extraña,
una tarde ya olvidada,
sentí como su reflejo, impregnado en la oscuridad,
miraba mi penar, observaba mi pesar.
De pronto me di cuenta,
este es el lugar, en que estuve algunas vez
y con el que suelo soñar...
Como pude olvidar, lo que fue la libertad,
de poder amar, de estar con alguien mas...


Pero no me puedo quejar, viví la vida
que quise vivir, pero como todo lo que existe
no hay perfección total...
Yo no creo en las vueltas de la vida,
el pasado andado esta...
ya no habrá oportunidad, para volverte a ver,
tocar tu piel, besar tus labios.

Agonizan en mí los años, con trémula paciencia
la vida me abandona.
En estas horas postreras, donde la muerte va extirpando
lentamente el veneno de vivir, no hay recuerdos del pasado
ni perdón que pedir, solo queda en mí, un secreto.
Un secreto, que no puedo compartir.

 

“Epístola de Despedida”




 
Es la hora de la despedida, que mas se puede decir,
mi cabeza mi corazón, toda el alma
se desgarra en un profundo dolor…
Debo partir alejarme de ti, el aroma de tu piel
me lastima, el sonido de tu voz me hiere,
tu inquisitiva mirada me esclaviza,

Se que tu y yo, no quisimos que esta historia
terminara, como termino…
Yo pude dar mas, es verdad, tú pudiste dar más,
es algo que me permito dudar,
el amor no es una prenda de vestir, que usamos
de vez en cuando, ni tampoco una joya que se luce
a los amigos, a la familia, al mundo.
El amor,
no es un premio, ni un logro del cual presumir…


Entre los dos la soledad es muy grande,
somos como mudos, tratando de comunicarnos
en un mundo que no nos comprende,
que no sabe que decimos y no imagina que sentimos.
Entre los dos solo hay soledad,
las caricias que en las noches fueron sublime pasión
hoy son el burdo intento de un pintor,
que con sus toscas manos,
destruye lo que un día fue su creación.

Es hora de partir, aunque el corazón,
se desgarra en la partida.
Es hora de seguir el camino,
lagrimas asoman en esta despedida,
apuremos el paso, abre tus alas,
eres un ave de altas cumbres, emprende el vuelo.

Yo me conformo con volver a ser libre,
traspasar los muros que tu amor impuso.
Buscar en los campos, una planicie tranquila
donde cobijar tu ausencia
o tal vez andar por la senda del camino costero,
hasta llegar a la orilla de una playa melancólica
para ocultar entre las rocas, los restos de nuestro amor
y dejar a la deriva en el fondo de una botella
lo que queda de mi corazón…