16 ago 2007

"Suspendido en el Tiempo"






La ciudad cae sobre mi cuerpo, sobre los pesares del alma.
Camino por las calles de esta vida, sin rumbo y sin refugio,
Caigo, me levanto y vuelvo a caer…

Sentir tus manos,
perderme, en un suspiro de tus labios.
en la música de tu voz.
Que me lleva a volar,
Suspendido en el viento, del tiempo.






Pero abro los ojos otra vez,
y estoy aquí en medio de la ciudad.
Te busco entre la gente,
siento que estas ahí, oculta,
esperando por mí.
Pero pasa el tiempo
Y solo hay silencio,
creo que nunca, podré salir de aquí.
Condenado a estar suspendido en el viento.






No podré tocar el sueño,
refugio de mi soledad.
Es un cantante de vinilo,
que me quema el alma,
con sus notas de jazz.



Esta noche, buscare tu música,
en medio del jardín que cultivamos.
Entre las rosas, quisiera que estés,
pero solo habrá soledad,
un silencio, que es eterno
y me deja suspendido en el tiempo.







6 ago 2007

“HERIDAS DEL ALMA “



“Jurar y Prometer “






Sentada en el portal, de lo que fue el hogar.
Veo sus rostros pasar,
miradas, silencios ojos del tiempo,
queriendo hablar, gritar, su mudo transitar;
pero enmudecieron, por las razones del momento.

Pasan ante mí, una y otra vez.
Como fantasmas, perdidos en sus momentos,
espectros, sometidos al tiempo.
En busca de una respuesta,
de una explicación, que nunca llegara.






Rostros de dolor.
Ojos de sal, de tanto llorar.
Manos atadas, por designios
de amores esquivos.
Cuerpos flagelados, por odios reprimidos.
Heridas del alma,
que el hombre ha inferido.

Jurar para siempre,
amar y dominar.
Jurar para siempre,
respetar y odiar.



Las sombras que vagan,
por los pasajes oscuros, de esta casa.
Caminos de vida,
recorridos.
Desde la primera madre,
la que no fue su dueña,
la que no tuvo hogar.
Como muchas otras, que solo por ser mujeres
debieron pagar, en la brutal realidad,
el costo de un amor, que no era tal.
Y hoy lamen sus heridas.
Como cachorros etéreos,
olvidadas en el pasado.



Vago por la oscuridad, que es a medias,
como es la vida, como fue el amor.
Quiero impregnarme de sus miedos,
sus dolores, sus pesares.
Abrazarlas, quererlas,
consolar en el desconsuelo,
que van dejando, las heridas del alma.

Cicatrices perpetuas, que aunque sanan,
no se olvidan.
Solas, recorremos el camino.
Tan solas, que nunca nos dimos cuenta,
quienes fuimos.
Nadie reparo en eso, los amados
ni siquiera se dieron cuenta.
De lo solas que estuvimos.



Ya es de madruga, la noche se escapa.
Como la vida, se escapo de tus manos.
Ya llegara la mañana, ya no habrán bofetadas;
solo calma y silencio; volveré junto a mis hermanas,
pero no será un regreso en vano.

Seremos una brisa, un viento impetuoso
que recorrerá las calles,
entrando por las ventanas de tu alma,
gritando que basta, sin suplicas,
sin temores, solo basta.
Por que tu amor nos mata.