Pasan los días, semanas, años y décadas,
voy perdiendo textura, compostura y decencia,
es el símbolo del tiempo,
que va dejando su huella…
Tu permaneces incólume en tu castillo,
por tu vida no pasan los años, la duda
y el castigo…
Yo me voy deteriorando, cual flor de primavera,
muere sofocada en un caluroso verano.
No sé de reglas, escribo como se me da la gana,
si hay otros más tiranos,
que asesinan sin que nadie diga nada.
Un día llego a mí, la hermandad criminal,
según se dé la serpiente se hacen llamar,
para caducar mi condena que bien merecida la tengo,
con dos tragos de ron cubano, uno de tequila y otro
de pisco destilado,
les dije salud, conmigo sean equivocado…
En qué momento, dejamos de ser humanos
y nos volvimos tan mundanos,
dejamos de creer que podemos cambiar la historia,
ha solo ser basura retorica….
Nuestro discurso es veras,
según quien lo lea,
lo vea o escuche, pero es la mentira
más brutal, cuando no es la verdad…
No hemos acostumbrado a mentir,
¿Y en que hemos terminado?
Mintiéndonos a nosotros mismos,
hemos remplazado la verdad,
por entretenimiento banal…
Hemos hecho del miedo,
parte de nosotros,
limitado nuestra realidad,
disfrazando lo que somos,
por agradar en un mundo digital…
