1 mar 2009

"Deseo de Navidad"



Como cada noche te veía, desde el otro lado del cristal.
Te veías cansada, agotada y delicada,
Miraste a través de la ventana, tú mirada frágil
No tenía el brillo de otras noches,
Me sentí triste, culpable, causante de tú dolor
Que al pasar del tiempo, se fue volviendo mío
Acercaste tu carita, la apoyaste en la frialdad del cristal
No lo pude evitar, una fuerza insostenible, llevo mi alma
En la dirección de tú alma
No había frialdad, no había madrugada
El mundo se detuvo, silenciando en su parada,
El frenético celebrar, de la navidad
Mí mano en tú mano, mí nariz en tu nariz
Nuestros ojos se encontraron, en una mirada infinita
De amor, cariño y dulzura
En nuestra memoria, los recuerdos cabalgaron
Como estrellas fugaces, errantes viajeras
Llenando de luz, esperanza y admiración
La eterna oscuridad de la bóveda celeste.
Así eran nuestras vivencias, una luz eterna
Que anidaba, en el seno de nuestros corazones,
Nada podía ser más inmenso, más profundo
Y eterno que nuestros sentimientos
Tú fuiste, tú eres y serás por siempre
Mi niña, el reflejo perfecto de mi alma
La prolongación más bella, de mí ser
De mis emociones y mis sentimientos
En la grandeza de tu corazón, yo viviré por siempre.
Al caer la noche, te arropare en tu cama
Te cantare una canción de cuna y besare, tú frente.
Al despertar cada día, estaré a tú lado, cepillare tu pelo
Y limpiare de tu mejilla, la lagrima que apenada,
Asomará en el dulce recuerdo de mí alma.
No lo olvides nunca, yo estaré por siempre a tú lado
Cuidándote, acompañándote y consolando tu penar.
En el centro de tu corazón, he dejado mi voz
Que en cada latido expresa, mí profundo amor,
En el brillo de tus ojos, permanecerá la luz de mi alma,
En la risa de tu boca, te he dejado, mí alegría.
Mi hijita querida, mí niña adorada
Los que no estamos en cuerpo
No te hemos abandonado, no te hemos olvidado
Estaremos siempre a tu lado,
Jugaremos tomadas de la mano,
En el universo infinito de tus sueños
Caminaremos en silencio, las dos abrazadas
En la dimensión sublime de tu alma.
Y cuando llegue el día aquel, que colmada de felicidad,
Prolongues como madre, tú vida y mí vida,
Fundiremos nuestras almas, en la más bella forma
La más perfecta, la de ser madres eternas,
Inmortalizadas en el amor infinito, de nuestra herencia.
Llegara el momento, en que cumplas tu enseñanza,
Y tengas que partir, en el sueño eterno de la vida,
Cuando ese tiempo se cumpla,
Yo te recibiré con un dulce abrazo
Juntas, tomadas de la mano,
Recorreremos el jardín de nuestros sueños.
Aquel que imaginabas en tu infancia
Y que yo, he cultivado, para mí hijita
En un rincón de los cielos
Ahí donde nacen las almas.
(Extracto de amores y deseos de amor de Rumi Amaru)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sencillamente hermosa cada palabra con un contenido profundo.
No deje atrás su sueño de publicar, hagálo no pierda tiempo revele lo que mantiene en secreto al mundo entero.

Nuevamente felicitaciones.

Madam M