Desde niño alguien me dijo,
como gran educación que no debía marcar diferencia,
cuando los pobres se desmarcan de su línea de vida
y no fueron elegidos, para comunicar,
el mundo se puede infectar pausadamente…
La ignorancia nos rodea,
muchas veces más que el saber,
la tecnología es un adorno,
que sublima la estupidez.
Hay momentos en la vida,
que el mundo que nos rodea
no tiene valor alguno,
pues la verdad es una mentira,
que usamos según nuestros
Intereses.
Hemos dejado la honestidad,
oculta en un escuro cajón,
esperando exigirla en ese momento
de perdón….
Hemos sucumbido a esta vida terrenal,
de vicios banales,
del sexo casual, del éxito inmediato,
de las frustraciones desquiciadas,
esparciendo nuestro veneno,
por las calles…
Todo en función de la fama,
de ser un logo en una estación,
un color que imitar,
para no morir en soledad…
Solo les diré que la diferencia esta,
en amar de manera incondicional,
amar hasta morir,
amar hasta no poder más.
No sé si estoy dispuesto,
A amar sin vanidad…
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